jueves, 11 de abril de 2019

Efectos beneficiosos de la cafeína a nivel deportivo


La cafeína es una sustancia que está presente, de manera natural, en multitud de productos que se utilizan en la alimentación. Algunos de los elementos más consumidos que contienen cafeína son: el grano de café, las hojas de té, el mate, el cacao y, por tanto, el chocolate y las bebidas de cola. También contienen cafeína algunas bebidas y productos específicos para deportistas y ciertos medicamentos.

La cafeína se absorbe de manera bastante eficaz y se distribuye por todas las células del organismo. Alcanza su máximo pico de concentración en sangre aproximadamente una hora después de su consumo. A partir de ese momento, la cantidad de cafeína va disminuyendo de forma progresiva durante cuatro o cinco horas, mientras va siendo expulsada a través de la orina.

Que es un excitante del sistema nervioso y aumenta la sensación de alerta, ya se conoce desde la antigüedad. La mayoría de nosotros, en alguna ocasión, hemos echado mano de sus efectos para vencer el cansancio o el sueño por cualquier motivo.

A pesar de que su acción en cuanto a la mejora del rendimiento físico o deportivo tampoco se pone en duda, sí que existen algunas preguntas todavía en cuanto a la tolerancia individual óptima o la idoneidad de su consumo según de qué ejercicio hablemos. Dejando atrás estas cuestiones, sí está ampliamente documentado que la cafeína, utilizada en determinadas dosis, es una ayuda ergogénica, que mejora el rendimiento en el terreno deportivo.

Además, desde hace casi una década no se considera sustancia dopante por la Agencia Mundial Antidopaje, por lo que su uso no está prohibido en la práctica deportiva profesional.

Al ser estimulante del sistema nervioso central, aumenta la sinapsis o comunicación entre las células nerviosas o neuronas. Por este motivo, la cafeína tiene la capacidad de anular o reducir la somnolencia. Además, aumenta el estado de alerta y la concentración. Produce un efecto excitante de las contracciones musculares, por lo que se mejora el rendimiento, especialmente en entrenamientos o competiciones de una duración mayor a la hora. Ocasiona una mayor resistencia a la fatiga, por lo que su beneficio es doble.

La forma más habitual y lógica de consumo de cafeína en la práctica deportiva es una hora antes de la prueba o actividad física que vayamos a realizar, ya que su máxima concentración en sangre se produce en ese momento. Aunque tomar cafeína a través de infusiones de café con una hora de antelación es un recurso muy utilizado, el uso de cafeína aislada en forma de píldoras o tabletas produce una mejor absorción y eficacia del producto.

A pesar de que la tolerancia a la cafeína y sus efectos es individual, la dosis más recomendada de consumo está entre 3-6 mg cafeína por cada kilogramo de peso corporal, sin superar los 500 mg totales al día. Esta cantidad se consigue con un consumo de unas 2-3 tazas de café al día. Además, se ha comprobado que el efecto positivo en el rendimiento no es directamente proporcional a la cantidad ingerida, es decir, por ingerir más cantidad de cafeína no se consigue mejorar más la marca personal deportiva.

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