sábado, 16 de octubre de 2021

Rodadas nocturnas raras, curiosas y paranormales


Este es un relato o mas bien una recopilación de cosas curiosas que nos han pasado en rodadas nocturnas, dignas de nuestro amigo Jorge Moreno y sus artículos paranormales de Yucatán y aprovechando las vísperas de día de muertos.

Antes de empezar les diré que soy totalmente escéptico en estas cosas de fantasmas, espíritus y Aluxes, así que siempre trato de dar una explicación natural al suceso o trato de igualar las condiciones hasta descubrir lo que en realidad pasó pero, respeto todo tipo de creencias... Empecemos!

En una ocasión íbamos pedaleando rumbo a la población de Texán de Palomeque, en una rodada que tenemos denominada "Charritos" por que en ese poblado fabrican de forma artesanal ese manjar yucateco que los Campechanos se quieren atribuir, bueno en fin... Pedaleábamos en el tramo después de Oxcúm y nuestro muy buen amigo Rulo Valdez que se había quedado un poco rezagado, nos alcanzó como si hubiera visto al mismísimo Belcebú en pelotas.

Según las palabras de Rulo, sintió que algo le golpeaba la cabeza varias veces como si fuera un balón y al virar a ver hacia un costado y alumbrar pudo ver una especie de cara lo cual hizo que pedaleara como nunca.

A primera instancia se atribuyó a que vio algún tipo de fantasma o ente demoniaco, pero recordemos que era de noche y algunas personas somos sugestionables y mas si estamos solos y en la oscuridad, podemos sacar a relucir, sin darnos cuenta, algún miedo que se nos inculcó en la infancia.

Mi teoría es de que, lo que le golpeaba como balón en la cabeza era un ave nocturna, puede ser un "Tapacamino" o algún tipo de lechuza, estas cuando anidan son muy territoriales y probablemente lo que vio fue la misma lechuza de frente.

Al regreso no vimos absolutamente nada y jamás hemos tenido el mismo raro incidente ni allí ni en otras brechas.

En otra ocasión íbamos con rumbo a Umán, éramos un grupo mediano como de 12 ciclistas, ya habíamos cruzado el periférico de Mérida y con rumbo al fraccionamiento Acim, cuando nuestra amiga Cinthya Gamboa, que en ese entonces era miembro de nuestro club Dirt Riders, me comentó que sentía que le tiraban piedritas en la espalda y la cabeza, pero no había nadie más atras de nosotros, de cotorreo dijimos que deben ser los Aluxes y nos empezamos a reír Jajajajajajajaja, en eso estábamos cuando sentí una piedrecita de buen tamaño en mi espalda y en su casco de ella sonó un clásico "toc" y nos viramos a ver las caras, -Viste, que te dije? y apretamos el paso un poco asustados.

Nuestro primer juicio fue que, esas piedritas que nos aventaban eran de los Aluxes, que son duendes mayas y se caracterizan por lanzarte piedritas y hacerte maldades si entras en los terrenos que ellos cuidan, según los antiguos mayas.

Mi teoría es que, debido a unas llantas nuevas de taco agresivo que yo traía y el camino de gravillas, hacia que las piedrecitas entraran en los tacos y al girar la rueda las lanzaban para arriba y así lo comprobé en una rodada posterior. Misterio resuelto!

En otra ocasión veníamos ya de regreso de una rodada a Chicxulub Pueblo, si allí mero donde cayó el aerolito que extinguió a los dinosaurios, es más, si vas a ese poblado lo podrás ver con tus mismos ojos en el centro y junto al parque. 

Circulábamos en el tramo recto entre el cementerio de esa población y la Ex Hacienda Cantoyná. Venía yo con Alex Gil y Rulo Valdez. Vimos a lo lejos un par de ojos de fuego, un par de ojos rojos que de repente se perdían y volvía a aparecer frente a nosotros a unos 100 metros. -Way neneeee!

El haz de luz de nuestras lámparas no era suficiente como para alumbrar hasta allí y no sabíamos que era en realidad aquello. De repente ya eran dos pares de ojos y venían rápidamente hacia nosotros, no omito decirles que por poco y me cago.

A unos cuantos metros de pasar por el cementerio, creímos ver a los mismísimos Samael y Belial en persona, pero al aproximarse cada vez más, pudimos darnos cuenta que se trataba de dos jinetes a caballo, seguramente pobladores locales que cabalgaban en total oscuridad y nos dieron el pinche susto de nuestras vidas.

Afirmativo... Los ojos de los caballos reflejaban a lo lejos nuestras luces.

En otra ocasión y de esto hace ya mucho tiempo, hicimos una rodada entre Muna y Ticul, esta ruta es muy disfrutable pues pasa por la sierrita del sur con muy buenos y variados terrenos para XC.

Yo iba al frente con mi amigo Yorch-X y por algún motivo el resto del grupo no quiso continuar unos kilómetros más y regresaron antes del punto de retorno.

Yo me sentía poderoso y tenía ganas de seguirle dando al pedal, sobre todo que de regreso era de bajada y tomabas una gran velocidad entre el camino pedregoso, de repente noté que Yorch ya no me seguía,  pero me valió pistola y seguí aproximadamente un kilometro solo, hasta que me dije, voy a regresar a ver si no le pasó algo a Yorch o a su bici.

Cuando di la vuelta para regresar pude escuchar entre las ramas secas las pisadas de un animal grande, me detuve y traté de ver que era, la neta que putamadre me voy a detener? Con la misma me puse a dar de pedales de regreso a todo lo que daban mis torneadas y temblorosas piernas.

Cogí, bueno... Agarré una gran velocidad, pero clarito escuchaba como me venían tras de mi unas enormes pisadas y sin voltear a ver le metí a full, sentía de cerca a aquel animal que me seguía a través de aquella brecha fantasmagórica en forma de túnel formado por la tétrica vegetación seca y tupida.

A lo lejos pude ver las nalgotas de Yorch que regresaba y cuando estaba junto a él, frené con derrape y desmonté para agarrar dos piedras y vender muy caro mi vida al puma, jaguar o velociraptor que venía persiguiéndome pero... No había nada!

El Yorch se me quedó viendo todo raro casi al borde de la risa, diciéndose para sus adentros -Y a este, que mosca le pico? Pero la neta no le dije nada, ni a el ni a nadie, es más, ustedes son los primeros en enterarse de este suceso.

Esto me volvió a pasar al poco tiempo en la bajada del cerro de Blue Creek en Belice, en esa ocasión se me ponchó la llanta trasera y así le seguí dando, pinche tigre nunca me alcanzó!

Un día me di cuenta que aquel ruido de pisadas persiguiéndome, era el ruido de mi llanta trasera y se producía al pasar sobre hojas secas y este revotaba como eco hacia mis oídos. Allí acabó mi carrera de Correcaminos Bip-bip.

Igualmente hemos sufrido otra clase de percances menores, como ver estrellas fugases de colores y pequeñas luces que se mueven en el cielo nocturno, seguramente satélites (???), pero hay cosas que, aunque uno quiera darles explicación lógica, simplemente no es posible y nos quedamos con la impresión de que hay algo divino allí afuera, algo que aún no entendemos o no estamos lo suficientemente preparados para saber... No tengan miedo, solo disfruten sus rodadas nocturnas!

Eduardo Paredes | 15 Oct 2021

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