Una de los tipos de bicicletas más de moda en los últimos tiempos son las fixies. Puede que alguno haya oído hablar de ellas pero no sepa exactamente de que se trata, aunque si las hemos visto por la calle no nos costará identificarlas. Las fixies son bicicletas de piñón fijo, que no es lo mismo que un sólo piñón o bicicletas que no tienen cambio.
El piñón fijo se utiliza en las bicicletas de velódromo y obliga a dar pedales continuamente para impulsar la bicicleta, ya que este modo de transmisión, a diferencia del piñón libre más habitual, es más eficiente. Se han hecho muy populares a nivel de calle tanto por su estética como por la forma de conducir y frenar con ellas, que suelen utilizar freno de contrapedal.
Tipos de Fixie
Si hacemos caso a la estética las fixies suelen tener un cuadro de bicicleta de carretera pero con la horquilla delantera recta. Suelen montar llantas de perfil alto buscando una estética determinada en función de la combinación de colores. La mayoría montan un sistema de piñones flip-fop, que tiene piñón fijo por un lado y libre por el otro, que nos permite cambiar de uno a otro de forma rápida.
Los manillares de las fixies pueden ser de distintos tipos, desde el plano habitual de las MTB, aunque más corto para moverse de forma cómoda entre el tráfico. También manillares de cuerno de cabra de carretera o apuntando hacia arriba, más parecidos a los que se utilizan en contrareloj.
Pero la diferencia fundamental está entre las fixies puras, que no llevan frenos tradicionales y sólo usan el de contrapedal y las que montan frenos de carretera tradicionales, que hacen su conducción algo más cómoda, aunque menos deportiva y divertida, al evitar el derrape de la rueda trasera, que es el motivo para elegir dicho tipo de bicicletas.
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