miércoles, 4 de junio de 2014

Relato "La Ruta de las Ciruelas" Hecelchakan, Camp. (2da Parte).


Después de un breve descanso y de que todos  nos reunimos de nuevo en la parte alta de la antena de microondas (La Micro), El buen "Caldo" nos dijo que nos llevaría por unas veredas nuevas que seguro nos iban a gustar porque tenían cierta técnica y con descensos.

Y pues a darle... Como la verdad no me gusta que me estén tapando el paso ya que agarro vuelo, me fui posicionando hasta adelante, entramos por una brecha semi oculta por las ramas de los árboles que en ocasiones formaban túneles muy chingones, el camino tenía ciertas subiditas nada del otro mundo pero las bajadas estaban de pocamadre tal y como nos gustan, llenas de piedras y con curvas, le di alcance a los punteros y sucedió lo que me temía, me tapaban y evitaban que diera rienda suelta a mis impulsos de biker jarioso de velocidad... Ni pedo, me pare un rato a esperar a que se adelanten y poder agarrar esas bajaditas como el Dios del cerro manda. Y es que en camino plano si me jodieron, pero en bajaditas técnicas me la soplan! (No les voy a decir quienes son para que no se chiveen, jeeeee!).



Llegamos a una intersección que nos volvía a llevar del otro lado de la Micro, y alli esperamos un rato que la gente se vuelva a reunir, nuestros camaradas de Sak-Beh Jesus Cen y su cuate, pintaron su raya y nos dijeron que ya se regresaban para Mérida pues tenían compromisos por cumplir y unos maridos que atender.

Cabe mencionar que el buen Alex Pacheco nos venía deleitando con buenas rolas que salían de su aparato reproductor, no piensen mal Jajajajajajaja Me refiero a sus bocinas... Aunque la neta esto y los audífonos son altamente peligrosos pues no puedes detectar algún ruido raro en tu bici que te indique una falla o algún peligro del entorno como animales o vehículos acercándose.

Allí estuvimos un buen rato esperando y el pinche "Primo" que no asomaba, traté de llamarle por celular pero nada, ya había tardado mucho así que Arturo regresó por el y de paso se volvió a echar esa maravillosa brecha, al gran rato regresaron los dos con chupetones en el cuello, parece ser que el primo poncho llanta y además se perdió pues no sabía el camino... Es por eso que cuando te pase un percance o avería a tu bicicleta, es mejor avisar a alguien para que cuando menos se pierdan dos y se hagan compañía, en caso de que tarden días perdidos, el más fuerte se come al débil y así puede sobrevivir hasta que sea hallado.


A propósito de perdidos, Jajajajajaja Aquí empieza la tan esperada historia de cuando se perdió Doña Mily... Pues resulta que empezamos a subir para la Micro nuevamente pero por el camino pavimentado, allí yo ya andaba retrazado pues las subidas no es mi fuerte, a pesar de ello me las chingue toditas, muy buenas subidas deveras, de esas que te dejan un rico dolor en las piernas pero la satisfacción de haberlas escalado sin parar.

Ya en la parte de arriba, me pegué junto a un grupo que estaba esperando y descansando bajo la sombra de unos árboles, y que se arrancan, me aplicaron la de "Los atrazados no descansan" pero me valió madre... Sobre todo que yo ya me sabía el camino a seguir.

Vi que pasó Chepe con Dafne, Dña Mily y Valdez ya un poco cansaditos... A un lado estaban descansando Flippy y La Chica Fitness que les decía a todos que -Sigan derecho por la carretera!, me imaginé que esperaban a los rezagados pues ella era unas de los guías, así que seguí adelante, solo quedaban hasta mero atrás Osiris y el Primo según me dijeron.


Yo me seguí derecho hasta el tinaco, que es el punto de referencia para doblar hacia la Micro, le empecé a meter pedal y rebase a Chepe, Dafne, Doña Mily y cuando llegue al tinaco estaba Rafael Cuevas indicando el camino, me quedé un rato y le dije que siga, no hay bronca que yo esperaba allí, el sol estaba de rajamadres. A lo lejos vi que venía Valdez, lo esperé y continuamos por brecha donde hay dos subiditas de mis preferidas, osea empinadas.

Llegamos hasta la Micro donde estaba ya toda la gente descansando y conversando, después de un rato empezamos a bajar por la rampa de cemento donde agarras una velocidad muy cabrona y peligrosa, si no cuentas con la técnica adecuada te puedes salir y romper todita tu maye! 


Una vez abajo y excitados por la velocidad experimentada, el contingente se empezó a ir ya de regreso, pero Manuel Casanova estaba preocupado por su bebé, y se quedó a esperarlo, la neta tardaban un chingo allí arriba y yo ya me estaba cociendo con el solazo, aparte ya necesitaba una birria bien elodia, así que preferí lanzarme con los demás mientras "El Técnico" se quedaba esperando, calculo que eran como 6 bikers los que faltaban entre los que se suponía estaba Doña Mily.

En el camino volví a rebasar a Valdez y a otros, pues como tenía algo de power todavía, le metí chido al pedal hasta llegar a un centro escolar donde todos descansaban y tomaban sus refrescos y botanas... Allí estuvimos otro buen ratote esperando y ya no volvimos a cruzarnos con el grupo retrazado sino hasta en Hecelchakan. En estos casos es cuando son realmente útiles un juego de radios, sobre todo para saber si puedes ayudar en algo y quitarte la preocupación.

Este relato continuará...

Si quieres leer de nuevo la primera parte, haz click AQUI

Por Lalo Paredes | Dirt Riders MTB Club

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