Montar en bicicleta es un ejercicio muy bueno para mantener nuestra salud, además de que cada día más está dejando de ser un juego de niños o un deporte para convertirse en un medio de transporte habitual en muchas ciudades. Es entonces cuando nos preguntamos si el estar sentada en una bicicleta puede afectar de alguna manera a nuestro suelo pélvico, sobre todo para aquellas que ya tenemos alguna pérdida de orina.
El ginecólogo Luc Baeyens publicó un estudio en 2002 que realizó con seis mujeres de entre 21 y 38 años que se dedicaron al ciclismo profesional para ver los efectos que había tenido su carrera deportiva en su suelo pélvico. Los resultados fueron escalofriantes, y es que todas sufrían un linfoedema que provocaba una hinchazón crónica en uno de sus labios superiores. Cabe destacar que, según el estudio, las seis mujeres tenían una técnica correcta en su posición en la bicicleta y mantenían unas condiciones higiénico-sanitarias óptimas. Así que la causa tenía que estar en otro lugar.
Parece ser que el sillín es determinante a la hora de que se produzcan molestias e, incluso, malformaciones en el suelo pélvico. Junto al sillín, también tenemos que fijarnos en la posición que mantenemos en la bicicleta.
Sin duda alguna, el sillín es la parte que va a estar en contacto con el suelo pélvico y debe hacerlo de una forma eficiente, tanto para la mejor transmisión de fuerza de nuestras piernas a las ruedas, como para evitar lesiones.
La clave de una buena ergonomía en la bicicleta, sobre todo si no nos vamos a dedicar al ciclismo de una manera profesional, es encontrar un buen sillín que reparta la presión que ejerce nuestro peso sobre la zona de contacto con él. Los sillines se están fabricando para que el peso recaiga principalmente en los isquiones, que son unos huesos al final de las caderas y que deben reposar en la parte más ancha del sillín.
Antes de que los fabricantes se pusieran serios con este tema, muchos sillines hacían reposar el peso sobre los genitales o sobre la zona muscular del perineo, lo que llevaba a molestias y lesiones. Tenemos que tener en cuenta que los isquiones están posicionados de manera diferente en los hombres y las mujeres, así que tenemos que asegurarnos que nuestra bicicleta tenga un sillín de mujer, más ancho y con la punta más corta.
Así que lo que te podemos decir es que si te gusta la bicicleta y puedes, sal a montar en bici porque es un buen ejercicio, pero hazlo correctamente. En las tiendas de bicicletas te podrán asesorar sobre qué sillín se adapta más a tu forma y peso y hay muchos manuales tanto en internet como en papel que te aconsejarán sobre la forma más eficiente para disfrutar de un buen paseo en bici. Además, nos puedes contar aquí si conoces rutas interesantes para montar en bicicleta o algún otro consejo.
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